Por Mariano García
@solesdigital
Sello:
Ark 21. Género: Rock - Árabe. Duración:
61:03”. Cantidad de temas: 11. Músicos:
Rachid Taha (voz); Steve Hillag (guitarra, programación); Jeff Raines
(guitarra); Mahmoud Serour, Bob Loveday (violín); Geoff Richardson
(viola); Helen Liebmann (cello); Jean-Max Mery, Rich Vogel (teclados); Robert
Mercurio (bajo); Stanton Moore, Abdel Abrit (batería); B'net Marrakesh,
Hakim Hamadouche (percusión, coros); Hossam Ramzy, Hassan Lachal, Magid
Serour (percusión). Año 2001.
De
la nueva generación de músicos argelinos que combinan los ritmos
folklóricos de su país con expresiones de la música
occidental, Rachid Taha es sin dudas el más rockero de todos, por sonido
y actitud alternativa.
Con este disco, grabado
en 2001 en Londres, New Orleans y París, Taha lleva la combinación
entre rock y raï a su punto máximo.
El plantel de músicos que hicieron su aporte al álbum es tan
cosmopolita como los tres destinos elegidos para realizar la grabación,
lo que deja una impronta a lo largo de todo el CD.
Guitarras distorsionadas
que parecen provenir de las alturas de los kasbah (barrios fortificados en
las alturas de las colinas) de su Orán natal; un bilingüismo típico
de los magrebíes emigrados a Francia, y ningún tipo de prejuicios
en cuanto a estilos o nacionalidades, hacen de Made in Medina un
disco obligatorio para los buscadores de nuevas expresiones en la música
mundial.
El inicio del disco golpea
con guitarras distorsionadas, cuerdas y percusión orientales y una
cadencia hipnótica en la letra y el ritmo. Así se suceden los
dos primeros temas, “Barra Barra” y “Foqt Foqt”, suficientes
como para dejar constancia que la de Taha es una propuesta fuera de lo común.
Hay pasajes más
cercanos al world-pop internacional; como “Medina”, “Hey
Anta” o la balada “Ala Jalkoum”. Pero el trabajo rítmico
es impecable, y hasta los temas más comerciales mantienen la calidad
del resto del disco.
En otros, lo étnico
pisa más fuerte, y se alcanzan momentos de gran tensión, propios
de la música norafricana. Así sucede con “Aïe Aïe
Aïe”, y sobre todo “Qualantina”, donde la sección
de cuerdas (violines, viola y cello) y percusiones árabes acaparan
la escena, destacándose como dos de los pasajes más memorables
del álbum.
La francofonía
aparece sobre el final del CD, acompañando una vez más a la
excelente sección de percusiones en “En Retard”, en el
sorpresivo funk de “Verité”, y nuevamente una balada, “Oh
Cherie, Cherie”.
El cierre, con “Garab”,
retoma el ritmo visceral del comienzo del disco, con más oscuridad
e intensidad. Un cierre denso, agresivo, que descarga toda la energía
sobre el final, y deja la sensación de que nadie se ha guardado nada.
Con variedad estilística
y lingüística, excelentes composiciones y mejor aún ejecución
instrumental (la tríada guitarra eléctrica + cuerdas + percusión
es sublime); Made in Medina es un ejemplo de que en desde Argelia se puede
hacer rock sin perder las raíces.
20/11/2007
Notas relacionadas:
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En Orán también se rapea
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